Conjurando monstruos
- R4T
- 31 may 2020
- 4 Min. de lectura
Por Guillermo Cebreros Lira

Se cierra la última semana de mayo del 2020 y el país obtiene buenas noticias en su lucha contra la adversidad. Algunos de los monstruos con los que el pueblo mexicano se ha enfrentado en el último periodo, pierden el round que recién concluye. Desde el diminuto pero implacable Covid-19 hasta el montaje político pregonado por la comentrocracia, pasando por los barruntos de la tormenta económica que vendrá y las exigencias ajedrecísticas de la política exterior, brotan señales de luz en la oscuridad presagiada. Se cierra mayo y nos preparamos para un junio que preludie dignamente el 2° aniversario del triunfo en las urnas de Andrés Manuel López Obrador.
El diminuto y colosal monstruo de la pandemia
La complicada lucha contra la pandemia es sin lugar a duda el enfrentamiento titánico más importante que libra México en este momento y, sin temor a equivocarme, es la batalla en la que el gobierno federal ha invertido mayor astucia y planeación. Los resultados que hoy observamos, sin ser para nada triunfales, sí han indicado una serie de efectos que se corresponden con la estrategia planteada. Achatar la curva de contagios, mantener a flote la capacidad hospitalaria para la pandemia y reducir ostensiblemente su impacto sanitario. En este sentido, lo que observamos en este cierre de mayo, es el reflejo de un desempeño eficaz en el enfrentamiento con este monstruo de talla minúscula y alcance mundial. Las cerezas del pastel son los reconocimientos que la Organización Mundial de la Salud ha realizado primero, al Subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, y hoy domingo 31, a las secretarías de Salud, Hacienda y Economía. Estos últimos por otra batalla, pero en términos de la guerra que se libra por la credibilidad y la confianza del pueblo, el gran triunfador es el presidente López Obrador.
Un monstruo de talla global: la recesión económica
En el apartado económico, debido a la dimensión mundial de la anunciada recesión que se avecina o ya se ha instalado, según los más pesimistas, los alientos son bastante acotados, pero los hay y apuntaré sólo los que los especialistas han considerado relevantes: 1) el fin del encierro y el regreso paulatino a las actividades productivas, todo ello sin el anuncio de la ruina de la planta productiva, representa un pronóstico de aliento aún en un escenario de pesimismo global; 2) por otro lado, desde abril se empezó a observar el regreso de la tendencia al fortalecimiento de la moneda mexicana respecto del dólar, que es una señal importante para efectos de la confianza en el país; 3) se habla en el sector financiero de la solidez del sistema bancario y su suficiencia para dar liquidez a la planta productiva mexicana; 4) a nivel del consumo interno, la dispersión de fondos que realiza el gobierno federal a través de sus programas de bienestar y los múltiples apoyos dispersados entre las microempresas, así como el arranque y consolidación de los megaproyectos de desarrollo que forman parte del proyecto del gobierno de la república, permiten una cierta garantía para el factor consumo y sus efectos multiplicadores en la cadena económico productiva del país; 5) el triunfo fiscal contra Walmart, primero y Femsa-CocaCola después, son símbolos de la solidez de la dimensión económica del gobierno obradorista. Al monstruo de la recesión mundial será difícil vencerlo, pero lo novedoso de la estrategia del presidente es también una señal alentadora de que es posible no salir tan golpeados como algunos vaticinan. A reserva de su mejor opinión, este round también se ganó.
El voluble monstruo del vecindario
Tan lejos de dios y tan cerca de los Estados Unidos, se ha vuelto una frase que, atribuida al dictador Porfirio Díaz y siendo verdadera desde hace más de un siglo, en la era Trump adquirió dimensiones holocáusticas. Hace casi dos años, los opositores al candidato triunfante López Obrador, se burlaban de la suerte que esperaría al tabasqueño al confrontar al veleidoso esperpento de la Casa Blanca. No era para menos, el trato que desde su bocaza daba el presidente norteamericano a los mexicanos migrantes y sin migrar, era ofensivo hasta el extremo. En verdad se esperaba que ese relación sacaría chispas desde el primer momento y sin embargo, paradojas de la política, resultó que el trato entre ambos presidentes, salvo en un par de momentos poco significantivos, ha sido terso hasta la suspicacia. A grado tal que los golpes políticos más espectaculares, que no los más profundos o letales, contra la oposición moralmente derrotada, han sido el resultado de sendas determinaciones de la justicia norteamericana. Y aún estamos por ver lo mejor. Este round, no me lo van regatear, es al cien para el presidente AMLO.
Los gusanos de apariencia monstruosa
Finalmente, el round magistral para el cierre de mes es el representado por la comentocracia y sus financiadores contra el presidente López Obrador. La más variopinta mezcla de plumas, estilos, trayectorias y apariencias unida por un interés común: doblegar al presidente de la república que acabó con su vida de sanguijuelas del estado y mandaderos de los faraones. Las campañas de desprestigio, mentiras, omisiones y ofensas realizadas desde una buena parte de la prensa y los medios masivos mexicanos, a través de reporteros, columnistas, editorialistas, equipos de redacción y, por supuesto, los dueños para presentar un país sumido en el caos y la ineptitud fracasaron estentóreamente. Con ellos fracasaron sus financiadores, los numéricamente insignificantes y económicamente todopoderosos grandes empresarios de la oligarquía golpista. El caso es que la campaña pagada por la realmente existente Mafia del Poder Económico y operada por la verdaderamente ofensiva comentocracia mediática del país, sufrieron una de las golpizas más memorables de los últimos dos años: diseminaron las versiones sobre la incompetencia gubernamental, apostaron a la política carroñera deseando lo peor para México en la pandemia, insistieron en el descrédito del presidente, en su pérdida de popularidad y perdieron en todo. El presidente no sólo no bajó en su popularidad o se mantuvo, sino que volvió a subir en las encuestas realizadas por los propios medios opositores y, la cereza del pastel vino con el escandaloso, aparatoso, evidente y celebrable ridículo de su marcha golpista. De este round, ni hablur, todo para el pueblo de México y el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por lo pronto, los gusanos espectrales se fueron a la lona.
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