Los motivos del Lobo, que diga, de la BOA (10a. parte)
- R4T
- 13 jul 2020
- 4 Min. de lectura

EL BM PRESTÓ 17,500 MDD A FCH PARA CONSTRUIR HOSPITALES Y NO CONSTRUYÓ NINGUNO CON ESE DINERO
29 de junio de 2020
Por Javier Herrera
Con todos los estragos causados por el Covid 19 y la crisis financiera mundial precipitada por la pandemia y la caída de los petroprecios desatada por Arabia Saudita, no hay recursos que alcancen en México para darles apoyo a todos, no al menos al mismo tiempo, ni en la cantidad que lo requieren.
Los empresarios (y sus incitadores y/o apoyadores, como los integrantes del BOA y su brazo fascista Frente Nacional Anti AMLO,, FRENA, entre los que se entreveran personajes como Felipe Calderón Hinojoza, Loret de Mola, Brozo y su pareja Denise Dresser, Javier Lozano Alarcón, Enrique y su hijo León Krauze, Héctor de Mauleón, Ciro Gómez Leyva, Ricardo Alemán, Pablo Hiriart, “Tumbaburros”, Samuel García, Fernando Belaunzarán) que reclaman un Plan de Emergencia al estilo del de Estados Unidos, olvidan, o fingen olvidar, que Trump pudo hacerlo porque no recibió un Gobierno en quiebra –aunque con recesión en algunos sectores como la industria automotriz desde mediados de 2018– como el que le heredaron a AMLO, prácticamente con las arcas vacías y super endeudado.
Sin embargo, cuando todavía no iniciaba la pandemia en México, y aún cuando entró en vigor Susana Distancia, con extraordinarios esfuerzos el Gobierno de López Obrador terminó y habilitó hospitales inconclusos (327) que dejaron los gobiernos de Calderón y Peña Nieto y ha conseguido, así sea en la Conchinchina, medicinas, insumos y equipos médicos.
Pero esto no vale para los del BOA y el FRENA. Ellos quieren su Plan de Emergencia. Aunque, en realidad, como el Romeo de Les Luthiers, que conforme sube la escala para llegar hasta el balcón de su amada, cada vez piensa menos en cantarle su aria de amor y cada vez más en… solamente eso, los que odian a AMLO y a sus seguidores, cada vez piensan menos en ese plan de emergencia y cada vez más en derribar al Presidente López Obrador, como lo evidencian los ataques brutales y cotidianos contra el Jefe del Ejecutivo.
Los pretextos son la falta de ese plan de apoyo, la forma en que se ha enfrentado la pandemia –que, contra lo que ellos dicen, ha sido de mejor manera incluso que en países más desarrollados, como lo demuestran las gráficas que dio a conocer la Universidad de Oxford el pasado 27 de junio, en las que México aparece con una de las curvas más leves del mundo en el desarrollo de la pandemia– y el estado, disponibilidad de la infraestructura hospitalaria y de los insumos y equipos médicos.
Los integrantes del BOA, su brazo fascista FRENA y sus tarugos seguidores, exigen atención hospitalaria y médica de primer mundo, como las famosas pruebas rápidas –cuya ineficacia está tan probada que países como España y Alemania exigieron el reembolso por las pruebas– como si los tres últimos gobiernos no hubieran desmantelado y abandonado la red de hospitales públicos, el sistema de salud pública y la formación de personal médico especializado. Olvidan que la tirada de los gobiernos de Salinas de Gortari hasta el de EPN, era privatizar el sistema de salud.
Olvidan que muchos hospitales se inauguraron, pero sin terminar; que inauguraron únicamente los cascarones, que mucha obra hospitalaria la abandonaron (327 hospitales), porque lo que les importaba era construir, no dar servicios médicos, sino ganar dinero con la construcción.
Por el contrario, llegan al extremo de publicar falsas noticias, como lo hicieron en el Diario de Juárez y el Diario de Chihuahua, que las ilustraron con apocalípticas fotografías de lo que ocurría en Ecuador, donde sí morían como moscas los enfermos de Covid.
Y los gobernadores de algunos estados (Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango, Jalisco, Colima, Michoacán) amenazan con el petate del muerto de que, como no reciben insumos y equipo médico de acuerdo a lo que aportan sus entidades a la federación, se saldrán del pacto federal. Norexit, como el Brexit de Gran Bretaña de la Unión Europea.
Pero guardaron silencio ante la deuda por 17 mil 500 millones de dólares que contrató Felipe Calderón en 2010 con el Banco Mundial disque para construir nuevos hospitales, y no construyó ninguno con ese préstamo, según informó en conferencia de prensa el Director de Salud, Nutrición y Población del BM, Mohamed Alí Pate, el 3 de abril de 2020 en la sede del Banco Mundial.
Tampoco protestaron por la corrupción que significó, durante el periodo en que José Narro Robles fue secretario de Salud con Peña Nieto, la entrega de 241 mil millones de pesos a empresas creadas por o vinculadas a influyentes políticos:
Grupo Fármacos Especializados, Savi Distribuidores y Comercializadora de Productos Institucionales, vinculadas a Manlio Favio Beltrones; Laboratorios de Biológicos y Distribuidora Internacional de Medicinas y Equipo Médico, a Miguel Ángel Osorio Chong;
Ralca y Compañía Internacional Médica, a Emilio Gamboa Patrón; Comercializadora Pentamed y Farmacéuticos Maypo, a Roberto Madrazo; y Vitasanitas, vinculada al propio José Narro.
Ven el temblor y no se hincan. Y reclaman por qué no se adoptaron medidas drásticas como en Italia y España, al mismo tiempo que allá las aplicaban. Olvidan ¿o ignoran? que allá se les disparó la pandemia, precisamente, porque sus sistemas de salud, después de haber sido de excelencia, fueron privatizados.
Y no todo mundo puede acceder a los médicos y hospitales privados. ¿O sí?
En Estados Unidos pasó algo similar. El sistema de salud habilitado por Barack Obama contra viento y marea, fue desmantelado por Donald Trump. Cada quien tiene que pagar por su atención médica, sostenía. Quién sabe si siga pensando lo mismo al calor del coronavirus.
En México, mal que bien, con todo y lo maltrecho que lo dejaron los tres últimos gobiernos, nuestro sistema de salud, reforzado con medidas atingentes que ha tomado el Gobierno de la 4T, permite hacerle frente a la pandemia de mejor manera que en otros países.
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