top of page

Los motivos del lobo, que diga, de la BOA (9a. parte)

  • Foto del escritor: R4T
    R4T
  • 27 jun 2020
  • 4 Min. de lectura


ABRIR LAS PUERTAS DEL INFIERNO


26 de junio de 2020


Por Javier Herrera

Para el sector empresarial que ya pedía su dramamine cuando apenas empezaba a agitarse el mar, al calor del huracán Coronavirus, lo más sagrado era el bolsillo propio.

Por eso, en las primeras tres semanas de confinamiento, corrieron a 247 mil trabajadores. Alsea, que agrupa a Starbucks Café, Vips, Italianis, Dóminos y otras 16 empresas de alimentos, les pidió a sus empleados irse de vacaciones sin goce de sueldo.

Y el Consorcio Cobify presionó a sus trabajadores para que “se pusieran la camiseta” y, por escrito, solicitaran reducir sus sueldos a la mitad, un tercio o menos, con tal de que no cerrara la fuente de trabajo, o de lo contrario, los correrían.

Es decir, les importa un cara… cahuate el bolsillo de los trabajadores y del gobierno, de México entero. “A mí mis tunas”, dicen los empresarios que han buscado el cobijo del BOA y prefieren gastar su dinero en financiar grupos fascistas como el FRENA, en lugar de ayudar a los trabajadores y con ello a México.

Si no tiene dinero el gobierno de la 4T para ayudarnos a los “empresarios” con un Plan de Emergencia (léase rescate), tiene que endeudarse, ni modo (clamaban a mediados de abril); que pida prestado (¿como lo hicieron Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, principalmente Fox y Calderón, que extrajeron y vendieron en sus sexenios las mayores cantidades de petróleo en la historia de México y a pesar de eso endeudaron al país?).

Pero si otros gobiernos recurrieron al expediente fácil de ampliar la deuda pública para cubrir déficits, pedir prestado al Banco Mundial o al Fondo Monetario Internacional cuando aún no sabemos cómo saldremos de esta peste, sería suicida, abrir las puertas del infierno.

Señores empresarios que piden ayuda del erario público pero son incapaces de renunciar a sus casas de descanso en Valle de Bravo y distintos destinos de playa, a sus yates y a sus vinos, recuerden lo que le ocurrió a Argentina con el neoliberal Mauricio Macri; lo que le pasa a Chile con gobierno de igual corte; a Ecuador con Lenin Moreno, que por acatar las condiciones del FMI ya sólo repartía ataúdes de cartón porque los enfermos de Covid caían como moscas.

No como en Tijuana, donde los hechos desmintieron al Gobernador Bonilla, que le contaron pero no verificó, lo mismo que el comediante Eugenio Derbez, que los médicos, enfermeras, enfermeros y personal especializado de un hospital del IMSS enfermaban por falta de insumos y equipo médico. Uno y otro fueron engañados o forman parte de la conspiración del BOA y el FRENA contra AMLO.

Porque el mismo personal informó en las redes, con fotos propias, lo contrario, y se comprobó que en la dirección del doctor que le mandó a Derbez una carta denunciando la supuesta falta de insumos y equipo médico, se encuentra una plaza comercial, y en su número telefónico nadie contesta.

Debido a la peste del Covid 19, la economía hace agua a nivel mundial, no sólo en México. Pero aunque López Obrador quisiera, no puede ahorita elaborar un traje a la medida como todos quisiéramos, sobre todo por la pesada carga económica que nos endilgaron Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.

El ex presidente Ernesto Zedillo nos heredó el Fobaproa, que hoy asciende a 1 billón 300 mil millones de pesos, después de que Zedillo había dicho que no pasaría de los 1,800 millones de pesos. La deuda pública, con Fox llegó a 1.7 billones de pesos; Calderón la dejó en 5.5 billones y con Peña Nieto alcanzó casi los 11 billones.

¿Recuerdan a cuanto asciende el presupuesto aprobado para 2020? A poco más de 6 billones de pesos. Para liquidar la deuda que le dejaron a AMLO, el gobierno mexicano tendría que dedicar el presupuesto entero de dos años a pagarla, sin usar un solo peso en ningún otro gasto.

A pesar de los escasos recursos con que cuenta, el gobierno del presidente López Obrador abrió una puerta para los mexicanos que más lo necesitan: inicialmente se destinaron 40 mil millones de pesos para hacer frente a la pandemia, empezando con un millón de créditos para Micro y Pequeños empresarios, sin desatender los programas sociales. Y sin endeudar al país con más deuda pública.

Esos 40 mil millones salieron de haber bajado drásticamente los sueldos en el Gobierno Federal; de ahorros por no usar aeronaves para funcionarios, vehículos y choferes indiscriminadamente; por no realizar gastos superfluos, de representación, de telefonía celular sin justificación; por no suscribir contratos leoninos y no condonar impuestos.

Ahora que la pandemia del Covid 19 y la crisis petrolera precipitaron la debacle económica mundial, con su inevitable réplica en México, es momento de que los empresarios que se dan golpes de pecho los domingos, sean congruentes y se desprendan de algo, no de que actúen al revés.

Todos los que quieren Plan de Emergencia para que sus empresas no sufran pérdidas por culpa de la pandemia, odian a AMLO porque no los deja aprovechar el momento para ordeñar una vez más a la vaca, ya de por sí enflaquecida bárbaramente desde los tiempos de Miguel de la Madrid.

Comments


bottom of page