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Reflexiones coyunturales

  • Foto del escritor: R4T
    R4T
  • 30 may 2020
  • 8 Min. de lectura

Por Mario Medina.

Pandemic Influenza: The Inside Story.Nicholls H, PLoS Biology Vol. 4/2/2006, e50

Hace un par de días leí un breve documento que subieron en un grupo de WhatsApp el cual citaba: “Los Estragos que Causó la “Gripe Española”, Hace un Siglo, en México”, despertando mi interés por documentarme sobre el tema. Siendo fiel a la verdad, sabia que esta enfermedad cobró la vida de entre 50 y 100 millones personas en el mundo (existen diferentes versiones sobre las cifras), un número muy superior a las pérdidas de vida en la Primera Guerra Mundial, estimada en 17 millones de personas (cifra tampoco cuantificable, por no existir un acto censal, pero que existen algunas versiones que la estiman en 9.7 millones de muertes), cuán grande fue el asombro de mi ignorancia, que me sorprendí de tres cosas, la primera saber que el virus de la gripe española en México tiene su primer antecedente en abril de 1918 en el cuartel de Zapadores y en la Escuela del Estado Mayor en donde los primeros casos fueron puestos en cuarentena en el Hospital Militar, conteniendo así la propagación del contagio, es importante destacar que al igual que en México el primer antecedente que se tiene de esta enfermedad en los EEUU fue en el mismo mes de abril, también entre el personal militar, el ingreso al país de personas contagiadas detonaron su transmisión, cita la historiadora Beatriz Cano: “En el segundo semestre de 1918, llegó al puerto de Veracruz el vapor de Alfonso XIII procedente de España, el cual transportaba a viajeros enfermos. Las autoridades sanitarias acordaron poner en cuarentena a esos pasajeros. También el contagio llegó a través de Tampico, del vapor inglés “Santa Alicia” procedente de Nueva Orleáns que arribó al puerto con la tripulación “atacada de influenza”, el cual no fue fumigado”, propagándose en México por el norte en octubre de 1918 y mitigándose en la primavera de 1919.


La segunda, el número de vidas que cobró esta pandemia en México que ascendió a más de 500 mil defunciones lo que representó aproximadamente el 4 % de la población nacional de acuerdo con el censo de 1921 (14,334,780 datos del INEGI) y en tercer lugar, las medidas de contingencia que se tomaron en el gobierno de Venustiano Carranza, en un México que escasamente se estaba construyendo en la etapa de finalización de la revolución mexicana, con una economía maltrecha y en una lucha entre los mandos militares por la conducción del país, dentro de una vorágine de inestabilidad política y social, en donde persistía aun la condición bélica. Es interesante saber que se le conoce como la “Gripe Española” a lo que en realidad fue una pandemia de influenza causada por el virus H1N1 con genes de origen aviar, pero debido a que en el transcurso de la primera guerra mundial ya era un asunto viral en Europa y que la censura militar a los medios de comunicación por parte de los países participantes en la Primera Guerra Mundial, impedían que se difundiera la noticia, y siendo España un país neutro durante la guerra, era el único que publicaba en sus diarios los casos que se presentaban de la enfermedad, citándola como la “Fiebre de los tres días”, “El soldado de Nápoles” o “La enfermedad de moda”, por lo que daba la sensación de que España era el único país afectado, lo que motivo que recibiera ese nombre y como es común en estos caso, la ubicación del origen de la enfermedad cruzó por un mundo de especulaciones políticas y la presunción del origen de la “Gripe Española” viajó desde la versión de la propagación desde EEUU por vía de sus combatientes en el frente, China con sus zapadores en las trincheras y Francia, entre otras naciones señaladas, siempre como imputaciones de carácter político.

Tras leer esas líneas no pude evitar tres ideas coyunturales con ese problema sanitario de la segunda década del siglo XX, La primera idea tiene que ver con la comparación de la pérdidas de vidas humanas por la pandemia de la gripe o influenza española en México, y la pandemia actual con el Covid 19 y los contextos sociopolíticos y económicos de ambos periodos, la segunda reflexión tiene que ver con la infraestructura del sistema de salud nacional y las medidas de contingencia establecidas para la lucha contra esta pandemia entre aquella época y la actual, y por último, la irracionalidad de las cúpulas del poder político y económico en su compulsivo afán por tratar de evitar perder sus privilegios y canonjías, al sentirse afectados en sus intereses cómplices, y en ese mismo marco la conducta social no solamente en México, sino, en el mundo en su conjunto y las causas de estos comportamientos. Trataré de explicar mis reflexiones.


Dentro de los conflictos bélicos que se desarrollaron en el periodo de 1905-1918 estaban la Revolución Mexicana, la revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial. En 1918 México se encontraba en la etapa final de su guerra de revolución, venía recuperándose de una epidemia de Tifus, la infraestructura se encontraba destrozada y las actividades económicas fracturadas, como consecuencia de la revolución y la aun convulsa situación sociopolítica del país, en donde el hacinamiento y la pobreza fueron determinantes en la expansión de la enfermedad. El 10 de octubre en Guadalajara uno de los encabezado de la portada del diario “El Informador”, señalaba, “Torreón invadido por la Influenza Española” y la nota hacia la siguiente referencia, “Por acuerdo del departamento de salubridad, se están preparando pabellones especiales en el Hospital General para aislar a los enfermos en caso de que la epidemia llegue a México” y para finales de ese mismo mes, el diario “El Demócrata” público que: “México no estaba ni remotamente preparado , desde el punto de vista sanitario, para evitar la pandemia actual”. El punto más álgido de la pandemia se dio en los meses de noviembre y diciembre, con un nuevo brote en el mes de abril, para después desaparecer y solo volverse a ver hasta el año 2009.


Como parte de las medidas El Consejo Superior de Salubridad (CSS) que fue el órgano encargado de vigilar la sanidad del país, dirigido por el general y médico José María Rodríguez, originario de Saltillo, Coahuila, estableció: la cancelación de las comunicaciones del ferrocarril con las poblaciones contagiadas, cerraron iglesias, teatros, pulquerías, restaurantes y más lugares públicos en donde se hacinara la gente, en el terreno individual se recomendó a la población no usar platos o toallas usadas por otras personas, no poner la boca en la bocina del teléfono, evitar cambios bruscos de temperatura, caminar en vez de usar el trasporte público, lavarse la cara y las manos, cambio de ropa al llegar a casa antes de tener contacto con la familia. El Departamento de Seguridad Publica (DSP), recomendó no saludar de mano ni de beso y ventilar las habitaciones, usar pañuelos al toser o estornudar. Los tratamientos médicos fueron a base de Quinina combinada con Arsénico, Aceite de Ricino y Aceite de Alcanfor principalmente así como Aspirinas. Los remedios populares iban desde las aguas milagrosas, tónicos y otros remedios, existió la creencia de que al fumar el humo y el calor mataban “al bicho de la enfermedad”.


Como es claro observar, las condiciones de nuestro México en aquellas fechas, eran desastrosas como consecuencia del conflicto bélico revolucionario. La pandemia actual en México guarda ciertas similitudes con las condiciones de 1918, pero bajo diferentes causas y características. Al igual que en aquellas fechas, la pandemia tienen un carácter global, la diferencia del quebranto de la economía en la actualidad se debe a todo un proceso de endeudamientos, privatizaciones y corrupción, que por un lado afectaron severamente las finanzas públicas y por el otro desmantelan la infraestructura del sector salud institucional (al igual que otros sectores estratégicos para cualquier nación), siendo estas las principales causas del déficit actual del sistema de salud, que se encontraba en plena transición o traslado del sector de la salud pública al sector privado, esto sin ninguna responsabilidad social que los obligue a sumar su participación con gratuidad, en caso de contingencia como la que estamos viviendo, asegurándoles así, el disfrute de grandes porciones de utilidades, en un mercado escasamente regulado, todo hecho para su más puro y esplendido beneficio.


El servicio de salud es un sector que por su naturaleza es una responsabilidad del Estado, y dadas las acciones que se estuvieron tomando únicamente le estaban proporcionando, un carácter de una mercancía más. Razón por la que ante una emergencia social, los empresarios no están dispuesto a asumir pérdidas y al carecer de “rentabilidad”, sin un atisbo de sensibilidad humana, se deslindan, para pasar esta responsabilidad a manos del Estado Mexicano, es decir , los beneficios para la empresa y los costos para el Estado, quien cruza en estos momentos, con un déficit en el sector salud en estructura hospitalaria, de 200 mil médicos y 300 mil enfermeras, desabasto de medicamentos, 326 hospitales sin terminar, o concluidos pero sin equipo ni operación, falta de equipos y el desvío de decenas de miles de millones de pesos extraídos por medio de la corrupción, por señalar alguno aspectos. Este esquema se reproduce en una gran parte de los países, mostrando el rostro deshumanizado de las tesis corruptamente privatizadoras, depredadoras y concentradoras de la riqueza, la verdadera personalidad del neoliberalismo. México al igual que otros muchos países enfrenta la pandemia en condiciones de ruina de sus sistemas de salud y sus economías, pero por causas diferentes a las de 1918 con la pandemia de la “Gripe Española”.


Pese a lo anterior y bajo una circunstancia de constantes agresiones de los grupos políticos y económicos que conformaban el régimen del pasado reciente, de manera irresponsable y ocultándose en el anonimato la mayoría de las veces, han sembrado vía medios de comunicación tradicionales y digitales la confusión, la duda y el temor entre la población, con noticias e información falsa, poniendo en riesgo su salud y sus vidas, sin el menor pudor o recato. México ha dado muestras de su verdadera fortaleza y observa resultados que han sido reconocidos por la propia OMS, el 26 de mayo, por las firmes medidas sociales y de salud pública adoptada para enfrentar la pandemia (OMS Covid-19), citaré en la tabla algunos datos comparativos de cifras oficiales publicadas hasta el momento de escribir esta nota.


Como podemos observar, el crecimiento poblacional en relación con los datos en el mismo rubro existentes de la pandemia de 1918, en el rango de los países, tanto como a nivel mundial ha sido de grandes proporciones, y sin que conozcamos aún la temporalidad de esta pandemia, la tasa de mortalidad aún se puede observar con cierto optimismo, en el números de decesos que el COVID-19 ha cobrado, considerando como referencia las cifras de mortalidad de la Gripe Española en 1918-1919. Algo que resalta en esta pandemia global, son los resultados de aquellas naciones que por ignorancia de sus gobernantes, o por razones económicas, políticas o raciales, han hecho de lado las medidas sanitarias mínimas necesarias para poder evitar tanto su propagación como el incremento de su mortalidad, costo que por supuesto pagan sus gobernados.


Los resultados reconocidos por la OMS a México, son consecuencia de una estrategia diseñada e implementada con eficiencia y oportunidad, invirtiendo los recursos necesarios para recuperar la funcionalidad del sistema de salud pública, en un tiempo record, que permitiera la mayor cobertura de salud a la población mexicana, pero el factor más importante para lograr estos resultados y superar la pandemia, sin duda, es la confianza y la solidaridad del pueblo Mexicano, circunstancia que debemos de mantener vigente, pues no debemos de olvidar, que esta historia aún, no termina de escribirse.

1 Comment


angelica herrera
angelica herrera
Jun 14, 2020

Muy buenas reflexiones.

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