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Tiempos de rapiña.

  • Foto del escritor: R4T
    R4T
  • 4 may 2020
  • 8 Min. de lectura

La disputa por el poder no necesariamente se da en los tiempos en que constitucionalmente se convoca a elecciones, en los tiempos marcados por nuestra carta magna y sus leyes secundarias, como debiera de suceder dentro de un régimen democrático. El año 2018 ha sido un parte aguas para la vida democrática de México por qué, 30 millones de ciudadanos nos volcamos para dar nuestra confianza y nuestro respaldo a López Obrador, para que dirija los destinos de nuestra nación tan duramente saqueada y vapuleada. Hoy enfrentamos grandes retos, económicos y políticos de gran calibre; y en un contexto muy particular, el sanitario, que antes que despertar solidaridad; despierta intereses mezquinos en los depredadores del antiguo régimen, esto solo se puede entender como parte de un proceso y como resultado de una larga lucha social por derrocar al régimen autoritario y corrupto que gobernó al país por más de 7 décadas. Esta historia se ha escrito a través del tiempo y mencionaremos solo algunos hechos de manera muy breve para darle contexto. En el año 2000, una mayoría de mexicanos acudimos a las urnas con el anhelo de un cambio no solo del régimen, sino, de las políticas económicas y sociales, pero centralmente por un combate frontal contra la corrupción y la impunidad, que han dejado funestas consecuencias históricas en nuestra patria. En nuestro imaginario la meta era lograr que México se desarrolle con bienestar para todos. En cambio Vicente Fox (2000-2006) resultó ser un gran embustero que continuó haciendo lo mismo que sus antecesores, para desilusión de aquellos que otorgaron el voto a su favor; confirmando lo que muchos siempre hemos sostenido respecto a esa alianza entre los dueños del poder económico y el partido de Acción Nacional, alianza tan estrecha; que resultan ser unos (gran empresa) los patrones de los otros (PAN). En ese contexto su gobierno fue una permanente maniobra de complicidades con ese pequeño grupo de grandes empresarios y la élite política del partido (PRI) “desplazado del poder”, trabajando siempre para beneficio mutuo; dicho en otras palabras nada cambió. Los sucesos del año 2005 en aquel intento para impedir que el nombre de López Obrador apareciera en las boletas de la elección presidencial del 2006, Fox y sus asociados recurrieron a una maniobra legaloide, para despojarlo de su envestidura de Jefe de Gobierno de la hoy Ciudad de México. Por primera ocasión alguien que se atrevió a enfrentar al poder político y los poderes fácticos, los auto llamados dueños de México, cimbrándolos hasta sus raíces, y que a pesar de haber llevado a cabo su cometido mediante una vergonzosa maniobra, el fraude electoral, fueron exhibidos en toda su vileza en el impecable e histórico discurso de desafuero en la cámara de diputados federal por el mismo López Obrador, del cual por su actual importancia cito una fracción: “Por eso utilizan al ciudadano presidente, a quien encumbraron para seguir devorando al país, y a quien lanzan en mi contra, para impedir que avance el movimiento de trasformación nacional, capaz, de crear una nueva legalidad, una nueva economía, una nueva política, una nueva convivencia social, con menos desigualdad, con más justicia y dignidad. Un empresario me contó, que el 10 de junio del año pasado, en una reunión en la casa de Rómulo O´Farrill, ese grupo compacto, de intereses creados le dijo al ciudadano presidente, palabras más, palabras menos: Nos has quedado mal, no has podido llevar a cabo las privatizaciones y la reforma fiscal. Pero eso ya no es lo que nos importa, ahora lo único que te pedimos, es que por ningún motivo, permitas, que ese populista de Andrés Manuel, llegue a la presidencia.”, Hoy las cosas han cambiado, pero no terminado; ello requiere de la unidad de los de abajo, los de a pie, de las y los ciudadanos de todas las clases sociales conscientes y dispuesto a llevar esta transformación, a buen puerto.

Era claro que los intentos por continuar enriqueciéndose de este grupo faccioso, que tuvo la posesión del poder, no iban a ceder. La historia de esas alianzas se afianzan desde mediados de la década de los 70s, manteniendo relaciones de intereses y jugando un papel de complicidad, aprovechando la imposición de políticas crediticias de los órganos financieros internacionales (FMI, BM, BID), establecidas en los requisitos para ser perfiles sujeto de crédito (cartas de intención, un instrumento para controlar políticamente y saquear a las naciones), obteniendo grandes beneficios económicos e influencia política, apropiándose de las empresas que formaban parte del estado, por medio de privatizaciones de las empresas paraestales (Acero, Telefonía, Cines, etc., etc.), puestas a la venta, por debajo de su valor real de mercado. La estrategia era simple, desacreditar y descapitalizar a las empresas paraestatales por medio de la corrupción, para justificar su desincorporación del estado para encaminarlas, hacia la iniciativa privada, arguyendo que solo los particulares eran buenos administradores y carentes de corrupción; en otras palabras, sujetos químicamente puros, esto de acuerdo con las tesis neoliberales que se encontraban invadiendo al mundo por medio de la deuda. Resulta obvio que las empresas por privatizar mencionadas en el discurso del desafuero por López Obrador pertenecen a tres estratégicos y grandes sectores de la nación, la energía, la salud y la educación. Como presidente de la república Felipe Calderón (2006-2012) tampoco fue capaz de articular su privatización pero si logró debilitarlas dejándolas con gran vulnerabilidad financiera y operativa; en cambio, cubrió de grandes beneficios fiscales a los grandes empresarios, pero no así a las micros, pequeñas y medianas empresas. Fue Enrique Peña Nieto (2012-2018) quien materializó la privatización energética, para cumplir con los compromisos empresariales adquiridos, entregando la renta petrolera (la utilidad que genera el petróleo) a la empresa privada y trasladando los costos del gran boquete financiero que esta operación causo a las finanzas públicas, hacia toda la población, con la creación de más y nuevos impuestos que entre otras cosas encareció el costo de los combustibles como la gasolina, diésel y gas, dando un paso más en el cumplimiento de sus ambiciones.

Es importante observar que estos momentos de una crisis global sin precedentes, ha sido consecuencias de tesis económicas inmorales que agudizan cada vez más estos ciclos recurrentes de la economía, argumentándolas como de carácter “natural”, pero sin poder justificar su naturaleza. Desde hace varios años economistas y analistas, así como los propios organismos financieros internacionales la han venido anunciando y la citan, como de mayor trascendencia que la crisis del 2008 con la burbuja inmobiliaria originada por el aumento desproporcionado de los inmuebles de manera especulativa, esto acompañado de a una fuerte cartera de créditos con tazas de interés muy bajas, de igual manera comparándola con la caída de la Bolsa de Wall Street que ocasionó la gran recesión de 1929.

Los factores de hoy se encuentran en el marco de la globalización y gobernanza global, con una evidente falta de liderazgo mundial que pueda conciliar tan complejos escenarios de transformación mundial, de un modelo económico que ha mostrado múltiples veces su ineficiencia, pues en el discurso siempre se establecen metas de desarrollo, bienestar, crecimiento y cooperación, teniendo como resultado real, más endeudamiento, pobreza, desigualdad y pérdida de soberanía de las naciones.

López Obrador se ha destacado por su honestidad y la congruencia de su pensamiento trasformado en acciones; desde su triunfo en las urnas hasta su arribo al mando del gobierno federal, ha trabajado incansablemente para sentar las bases en donde se construye el nuevo modelo de nación. Tarea que resulta compleja por los diferentes escenarios adversos, que van desde recibir unas finanzas prácticamente quebradas, junto a una nación con instituciones corruptas y debilitadas, alto índice de violencia producto de la guerra de Calderón y continuada por Peña Nieto contra el narco (en realidad otros de sus socios y cómplices), la virulencia de los grupo de intereses desplazados del poder público, Trump con su estrategia comercial y de relaciones internacionales para su proyecto político y la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), una crisis económica mundial en puerta y una pandemia que tomó por sorpresa a las naciones del mundo, por mencionar algunos de esos escenarios.

En fechas recientes (abril del 2020), este grupo de grandes empresarios escenifican su gran farsa mediática, dando muestra de su capacidad de manipulación y engaño, tratando de adquirir el apoyo popular y el respaldo de las MiPyMES, una de tantas maniobras para alcanzar sus fines y recuperar sus privilegios de antaño. Estos hechos valen la pena analizar:

Publican la noticia en la página web oficial del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y en los medios de información a nivel nacional, de supuestos apoyos para acceder a financiamientos para las Micro, pequeñas y medianas empresas por parte del CCE (sindicato de empresarios), en convenio con el BID Invest, (una sección del Banco Interamericano de Desarrollo para otorgar financiamientos a las empresas), contando con el respaldo de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP). El Gobierno Federal, por voz del propio Presidente de la República desmintió tal respaldo, y precisó lo dicho por el órgano empresarial, como un acuerdo entre particulares (empresarios-BID Invest), agregando que el gobierno federal no está dispuesto a crear un FOBAPROA 2.

EL comunicado señala que el monto de crédito al que se puede acceder a través del CCE, es hasta por 12,000 millones de pesos para 30 mil MiPyMEs, enseguida puntualizan que “el acuerdo está basado en el financiamiento a través de factoraje inverso, instrumento que permite a las empresas obtener una alternativa de financiamiento sencilla y a tasas muy atractivas” (2° párrafo comunicado CCE). Esto es en la práctica la compra (que es una venta a futuro) de la facturación que emita la empresa al banco financiador, es un método de financiamiento comúnmente utilizado en el comercio internacional. El banco paga normalmente el 90 % de su valor al cobro de ésta, en el tiempo acordado y se encarga de la gestión del cobro, en otras palabras se queda con el 10 % de la facturación, y a esto le tiene que sumar la empresa la tasa de interés, montos y plazos acordados con la entidad financiera, lo que encarece el costo del crédito.

En esa misma información según su comunicado, precisan que el “acceso al crédito para las MiPYMEs que conforman las cadenas de valor de grandes empresas”. En conferencia de prensa el representante del BID en México Tomás Bermúdez declaro que “pueden acceder al programa de financiamiento en México a través de empresas ancla miembros del Consejo Mexicano de Negocios (CMN)”, agrego que “estos financiamientos se entregarán directamente a los proveedores de empresas del CMN” en esa misma conferencia conjunta Antonio del Valle presidente del Consejo Mexicano de Negocios (CMN) puntualizo que “Además, señaló que sólo se tomarán en cuenta como empresas anclas a aquellas que tengan grado de inversión mexicano” señalando que hasta el momento solo se encuentra seis empresas mexicanas: Mabe, Cemex, Nemak, Genomma Lab, Axtel y Xignux.

Es claro que será un reducido número de empresas quienes podrán adquirir este tipo de financiamiento, pues para ello deben de ser empresas que estén en la cadena de suministros, de estas grandes empresas, que cotizan en la bolsa, y bajo condiciones de crédito desfavorables.

En esta gran farsa de los grandes empresarios engañando a sus afiliados, una maniobra más para saquear a la nación, es decir, las micros, pequeñas y medianas empresas quedan fuera de esta propuesta empresarial.

Comparado lo anterior con el fondo de 750,000 millones de pesos del Banco de México (nuestro banco central), dispuesto para brindar un apoyo para el financiamiento de las MiPyMES, con un tipo de cambio actual equivalente a $24.06 M/N por dólar, resulta una cantidad superior a los 31 mil millones de dólares, cantidad superior en más del doble, a la propuesta por el Consejo Coordinador Empresarial, con créditos a una tasa de solo el 6 %, resultando una real y verdadera opción para este sector usado y olvidado, por ese pequeño grupo de grandes empresas, que solo trabajan para su más selecto beneficio.

El mundo está cambiando de manera acelerada, las expectativas de México, como las de todas las naciones del mundo se encuentran en el torbellino de circunstancias que definirán el nuevo orden mundial, en donde claramente el modelo económico estará en juego, como el más relevante, entre otros muchos otros temas de la agenda global. Vivimos tiempos de acomodos y ajustes políticos, sociales y económicos, en un mundo inter relacionado como nunca, el proceder y el actuar de cada país, construirá, el tejido que dará forma a las nuevas condiciones imperantes en el mundo, estos son tiempos de unidad tanto de las naciones como de los ciudadanos, que anhelamos un mundo con bienestar, sin corrupción, sin impunidad, si pobreza, sin desigualdad. Fundarlo consiste en que cada uno forjemos con nuestro trabajo el papel histórico que nos corresponde, y sin temor a equivocarme, este es el momento de cerrar filas con el Gobierno de nuestra Republica, para construir juntos, en unidad, nuestro proyecto de nación. Levantemos una patria fuerte, que pueda contribuir en la creación de ese nuevo escenario mundial. No más, tiempos de rapiña.


Por / Mario Medina

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